¡Si tienes un perro o estás pensando en tenerlo, este artículo es muy importante para ti! Aunque muchas veces mantengamos en regla a nuestro perro cuando de higiene se trata, hay situaciones donde es posible que no esté siempre limpio. Los perros suelen correr, tirarse en el césped y pasar por superficies que no están del todo limpias. Este es un momento crucial donde las garrapatas aprovechan para atacar a nuestros perros.
En este artículo te explicaremos todo sobre este parásito que afecta a nuestros caninos, así como los síntomas que generan para estar alerta con tu perro.
Al hablar de una garrapata hacemos referencia a un ácaro que que está como parásito en el cuerpo de cualquier criatura vertebrada con sangre caliente. Su objetivo para alojarse en el cuerpo de los animales viene motivado por la búsqueda de un alimento constante para vivir.
Existen dos tipos de garrapatas:
el primer tipo cuentan con un caparazón y son las más comunes ya que se encuentran en todos los países del mundo. Mientras que las otras guardan la característica de que no cuentan con dicho caparazón. Por lo que buscan alojarse en la oreja del animal a modo de protección.
El perro es uno de los animales ideales para estos parásitos, debido a que muchas veces se instalan sin provocar dolor o picor en ellos.
Están presentes en las temporadas más calurosas del año. Una vez que inicia la primavera las garrapatas empiezan a surgir que buscan instalarse y reproducirse en las pieles de los animales que se encuentren en el camino. Es por ello, que cuando empiezan estos días del año, debes prestar especial atención a la salud de tu perro.
Una vez que acaban los días calurosos y viene el frío, no hay de que preocuparse porque la temporada de garrapatas se termina. Aunque siempre es importante estar atento a cualquier cambio en tu mascota y consultarlo con tu veterinario si es necesario.
Muchas veces no podemos controlar las zonas donde se mete nuestro perro. Por lo que puede ser probable que en algún momento se pueden encontrar garrapatas en su piel.
El primer síntoma puede ser cuando notas que existe un afán muy grande de tu perro por rascarse todo el cuerpo. Tu perro sentirá un picor que le generará molestia de manera constante en las zonas en donde las garrapatas se instalen. Por lo que debes revisar las zonas donde tu fiel compañero se rasca para descartar la presencia de posibles insectos.
Es muy importante que revises periódicamente los lugares donde la piel de tu perro es más fina, como el cuello, orejas, ingles, entre otros. Debido a que se suelen situar con mayor frecuencia en estas zonas.
Otro síntoma que muestra evidencia es un derrame en la piel de tu perro. Esto ocurre ya que la garrapata al buscar sangre para alimentarse, suele romper los tejidos para seguir la búsqueda. Este tipo de hemorragia se gesta cuando ya el parásito lleva un tiempo alojado en el cuerpo del perro.
Por último, puede también sentir la parálisis en el lugar del cuerpo donde reside el insecto. Generando así, un malestar más grave en el perro. Esto ocurre debido a que las garrapatas introducen en el organismo del perro su saliva, lo que tiene facultades para dormir las zonas y tejidos donde se instalen.
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